lunes, 4 de abril de 2016

VIII CARRERA POPULAR MONFORTE

03/04/2016
Cuánta verdad hay en esas palabras "todo está en la mente". Es cierto, doy fe. Hoy no estaba el día para carreras. Llueve, hace frío, viento...
El día perfecto para quedarse en casa, al calorcito de un edredón y que nos dieran las 12 metidos en cama.
Pero no, el nervio precarrera estaba instalado en mi desde el día anterior. Me apetece hacer esta carrera. No, quiero hacerla.
Nos vestimos a toda prisa, cogemos los petates y cara a Monforte.
Hoy estoy tranquila, simplemente a la espectación del tiempo. Esperando que la lluvia nos dé una pequeña tregua. Esperando que el viento amaine. ¿Será mucho pedir?
Pues parece que sí.
Recogida de dorsales protegidos por los paraguas.
Menuda está cayendo. ¡Pobres niños!
Ahí van, llenos de ilusión bajo esta lluvia fría que no borra la sonrisa de sus caras. Orgullo de madre.
Consiguen acabar sin mayor problema.
¡¡¡Bravo chicos!!!
Empapaditos estamos.
Ahora la duda está en mi. Correr o no ante este temporal. Con ataque de asma. A riesgo de empeorar. ¿Merecerá la pena?
Claro que sí. Hay que intentarlo. ¡Vamos!
Poco falta para el silbido (sí sí, con silbato) de salida; poco tiempo va a dar para calentar pero aún así no daré marcha atrás. Decisión tomada, con todas sus consecuencias.
Allá vamos, primeros km en compañía de Cris. Feliz. Con el interrogante del nuevo circuito. Para mi, mucho más bonito, más ameno.
Plas plas, plas plas, manteniendo ritmo o incluso mejorarlo es el propósito.
La rodilla responde. Esto me hace correr con un poco más de soltura, con menos miedo. La respiración controlada, menos en las ráfagas de aire que la bocanada de aire era doble y sentía ahogamiento.
En el Puente Romano me esperaría la primera sorpresa, allí, con cámara en mano estaba Antonio Oviedo, animando e inmortalizando el momento. Muchas gracias. Hasta aquí la compañía de esta gran amiga, Cristina Novellas.
Ahora tendré que pensar en tirar sola.
Me fui adaptando a los ritmos de otros corredores a medida que los iba adelantando.
Segunda vuelta, parece que la lluvia quiere volver a aparecer. No por Dios. Aguanta un poquito más.
Bajo del Puente y ahí estaba la más sonriente fotógrafa, con sus ánimos. Sonrisa contagiosa, felicidad pura, Paula Fernández. Mil gracias.
"Ya no queda nada", último esfuerzo.
Ya se ven los Escolapios. Ya se ve la meta. Se acabó.
En tiempo, la peor de todas las ediciones hechas con anterioridad. Moralmente, la más feliz. Hoy era el día. Hoy me sentí bien coriendo. Este momento no lo cambio. He sufrido pero también lo he disfrutado.
Quinta de mi categoría, no está mal.
Me vuelvo a casa con un buen sabor de boca. ¿Quién lo hubiese pensado?
¡Bravo a todos mis compañeros! Enhorabuena.
Gracias a mi familia por aguantarme día tras día.
Gracias por esas fotos Paula Fernández y Antonio Oviedo.