Ourense, 19 de Noviembre de 2017
Este año he decidido que esta carrera será para disfrutar. Este año estoy cambiando el chip. Estoy dejándome asesorar por la gente que tengo alrededor. Este año me tomaré las cosas con más calma, y eso en mi ya es un gran paso. Jajajaja. ¿Verdad Esther?
Vamos allá, para mi, desde que saco un pie de la cama, ya es un continuo corre corre. Cuando llego a la carrera en sí, ya voy exhausta. Jajajajaja. Salir de casa se convierte en una lucha contra el reloj. Cuando llego a la línea de salida ya he pasado por ella una o dos veces antes dependiendo del horario de competición de mis enanos.
Intento relajarme, llevarlos con calma, nada, misión imposible. A la carrera para aquí y para allá. Fotos de pre carrera, no llegamos. ¡Qué se le va a hacer!
Miguel sale, vamos a animarlo, toca empezar a calentar. ¿Calentar? Me lleva a rastras. Ala un grito de ánimo y para adelante. ¡Corre Miguel, corre!¡Muy bien! ¿Qué voy a decir si no? Es mi hijo. Lo hace tan bien como el primero. Es un pequeño jabatillo.
Después de unas vueltas para aquí y para allá nos colocamos en la línea de salida. Y con las prisas hasta me olvidé de dejar la chaqueta del club. ¡Qué cabeza la mía! Cruzo los dedos por encontrar a mi familia una vez cruce el Puente Romano. Correr con la chaqueta no entraba en mis planes, hacía frío pero... Jajajaja. Allá vamos. Localizados, después de desprenderme de la carga, prosigo por la calle del Progreso hasta la Plaza de Abastos. A medida que van pasando los kilómetros me voy encontrando mejor. Corro a ritmo constante, disfrutando de las calles y de la gente que nos miraba expectantes y asombrados, animando en modo improvisado.
Después de dejar atrás la Avda. de Portugal y el puente de Marcelo Macías nos dirigimos a la Avda. de Zamora y con ello al kilómetro 5. Mitad de la carrera finiquitada.
Volvemos por las empedrada calle de Bonhome para adentrarnos en la zona vieja de Ourense hasta llegar a la Plaza Mayor. En estas calles céntricas de la ciudad la afluencia de gente es mayor y la curiosidad de los mismos hacen que se formen corrillos de animadores.
Cada vez queda menos, lo llevo bien. Voy atenta a la gente que llevo alrededor, oyendo sus conversaciones, sus vivencias, sus ánimos, sus interrogantes.... Jajajaja ¡Cotilla!
Tras cruzar el Puente Nuevo, vislumbrando el Viejo, me doy cuenta que esto ya está hecho. Todo está llegando a su fin. Poco resta para terminar lo que empezó como un día de prisas.
A medida que vas atravesando el Puente Romano parece que te creces, te haces grande, te inflas, pones cuerpo de gallito para llegar a cruzar la línea de meta con la mejor de las poses. Ahora sí corres, ahora lo das todo, tienes prisa por llegar... jajajaja.
Me he divertido.
¿Se acabó? ¡Qué va! Me falta una carrera... la de Jorge. Allá vamos. Estoy atónita. Hay casi tanta gente como en la carrera que se acaba de disputar. Papás y niños por doquier. La familia entera para acompañar a los enanos. En cualquier otra competición mi hijo iría solo. En esta ni me lo planteo. Entre tanta multitud....
En fin, de padres sobre protectores.... hijos dependientes.
Después de dejar atrás la Avda. de Portugal y el puente de Marcelo Macías nos dirigimos a la Avda. de Zamora y con ello al kilómetro 5. Mitad de la carrera finiquitada.
Volvemos por las empedrada calle de Bonhome para adentrarnos en la zona vieja de Ourense hasta llegar a la Plaza Mayor. En estas calles céntricas de la ciudad la afluencia de gente es mayor y la curiosidad de los mismos hacen que se formen corrillos de animadores.
Cada vez queda menos, lo llevo bien. Voy atenta a la gente que llevo alrededor, oyendo sus conversaciones, sus vivencias, sus ánimos, sus interrogantes.... Jajajaja ¡Cotilla!
Tras cruzar el Puente Nuevo, vislumbrando el Viejo, me doy cuenta que esto ya está hecho. Todo está llegando a su fin. Poco resta para terminar lo que empezó como un día de prisas.
A medida que vas atravesando el Puente Romano parece que te creces, te haces grande, te inflas, pones cuerpo de gallito para llegar a cruzar la línea de meta con la mejor de las poses. Ahora sí corres, ahora lo das todo, tienes prisa por llegar... jajajaja.
Me he divertido.
¿Se acabó? ¡Qué va! Me falta una carrera... la de Jorge. Allá vamos. Estoy atónita. Hay casi tanta gente como en la carrera que se acaba de disputar. Papás y niños por doquier. La familia entera para acompañar a los enanos. En cualquier otra competición mi hijo iría solo. En esta ni me lo planteo. Entre tanta multitud....
En fin, de padres sobre protectores.... hijos dependientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario