24/05/2015
Este domingo nos volveremos a centrar en el Circuito de la Ribeira Sacra.
Esta vez en Bóveda. En esta ocasión nos acompaña Cris. Nos dirigimos a nuestro destino con mucha ilusión y ganas aunque conscientes de que también estamos un poco lesionadas. Lo principal es disfrutar haciendo lo que nos gusta pero con cabeza. Ante una muestra de dolor tocará retirada. Sabios consejos de Toño.
Esta es la carrera más llana de todo el Circuito. Aquí debería notar un poco los entrenamientos. Aunque también he de ser realista y decir que después de la carrera de las Ons mis piernas no estuvieron finas estos días e incluso hubo que meter descansos en la semana de carga. En fin, voy evolucionando poco a poco, o por lo menos lo intento, de la mano de nuestro míster Santi Saco. Queda mucho trabajo por delante. Una lucha diaria que no me asusta, al contrario, me motiva.
Tras dejar Ourense en una mañana muy apacible nos detenemos en tierras lucenses. Cerca de la tierra de Lemos.
En las orillas del río Penacoba, al lado del molino de Xil, se asienta la organización de la carrera. Recogida de dorsales, de alimentos, posición de salida-meta...
Llegamos justos para colocarnos los dorsales y comenzar nuestras carreras. Primero, los reyes de la casa. Jorge con sus 80 metros en su categoría de Pitufo, Miguel sus 400 en su categoría de Benjamín. Grandes los dos, felices de portar en sus pechos sus medallas.
Después llegaría nuestro turno, a las 12:15, después de calentar y realizar fotos para inmortalizar estos momentos de nuestra vida. Vivencias que quedarán para el recuerdo. Ese que a veces, se ve tan nostálgico.
Leves molestias que van desapareciendo. Esto pinta bien. Al lado de Cristina y de mis compañeros Esprintes Julián y Alejandro tomamos la salida. Cada uno a su ritmo vamos situándonos en nuestra posición. Paso a paso, zancada a zancada vamos sumando kilómetros. Hace mucho calor. Las sombras brillan por su ausencia. Viento en calma. Respiración forzada. El corazón bombea rápido. La adrenalina fluye. Siento mi cuerpo vivo. Primeros 4 kilómetros superados, ya estoy en el ecuador. Concentración máxima, hasta tal punto de que no oigo a un compañero que me advierte a gritos que llevo la zapatilla desatada. Increíble. Ah, no llevaba cascos. Jajaja.
Los últimos kilómetros picaban hacia arriba y a mi se me atragantaron. Hubo que lucharlos. Ya en el último en compañía de Natalia, sus palabras me vinieron bien. Sigo.
Ya se acaba, veo pintado en el suelo los 400 metros finales, pienso en Miguel, estos van por ti cariño. En el esfuerzo final doy todo lo que me queda.
Después de 38'15" cruzo línea de meta. Se acabó. 7400 metros luchados, de principio a fin.
Resultado: con el dorsal 71
------- Femenina -19
------- SNBF - 4
Gracias a Pablo Feijoo y a Jesús Bernal por las fotos.
Muchas gracias a tod@s, nos vemos en la siguiente.
Este domingo nos volveremos a centrar en el Circuito de la Ribeira Sacra.
Esta vez en Bóveda. En esta ocasión nos acompaña Cris. Nos dirigimos a nuestro destino con mucha ilusión y ganas aunque conscientes de que también estamos un poco lesionadas. Lo principal es disfrutar haciendo lo que nos gusta pero con cabeza. Ante una muestra de dolor tocará retirada. Sabios consejos de Toño.
Esta es la carrera más llana de todo el Circuito. Aquí debería notar un poco los entrenamientos. Aunque también he de ser realista y decir que después de la carrera de las Ons mis piernas no estuvieron finas estos días e incluso hubo que meter descansos en la semana de carga. En fin, voy evolucionando poco a poco, o por lo menos lo intento, de la mano de nuestro míster Santi Saco. Queda mucho trabajo por delante. Una lucha diaria que no me asusta, al contrario, me motiva.
Tras dejar Ourense en una mañana muy apacible nos detenemos en tierras lucenses. Cerca de la tierra de Lemos.
En las orillas del río Penacoba, al lado del molino de Xil, se asienta la organización de la carrera. Recogida de dorsales, de alimentos, posición de salida-meta...
Llegamos justos para colocarnos los dorsales y comenzar nuestras carreras. Primero, los reyes de la casa. Jorge con sus 80 metros en su categoría de Pitufo, Miguel sus 400 en su categoría de Benjamín. Grandes los dos, felices de portar en sus pechos sus medallas.
Después llegaría nuestro turno, a las 12:15, después de calentar y realizar fotos para inmortalizar estos momentos de nuestra vida. Vivencias que quedarán para el recuerdo. Ese que a veces, se ve tan nostálgico.
Leves molestias que van desapareciendo. Esto pinta bien. Al lado de Cristina y de mis compañeros Esprintes Julián y Alejandro tomamos la salida. Cada uno a su ritmo vamos situándonos en nuestra posición. Paso a paso, zancada a zancada vamos sumando kilómetros. Hace mucho calor. Las sombras brillan por su ausencia. Viento en calma. Respiración forzada. El corazón bombea rápido. La adrenalina fluye. Siento mi cuerpo vivo. Primeros 4 kilómetros superados, ya estoy en el ecuador. Concentración máxima, hasta tal punto de que no oigo a un compañero que me advierte a gritos que llevo la zapatilla desatada. Increíble. Ah, no llevaba cascos. Jajaja.
Los últimos kilómetros picaban hacia arriba y a mi se me atragantaron. Hubo que lucharlos. Ya en el último en compañía de Natalia, sus palabras me vinieron bien. Sigo.
Ya se acaba, veo pintado en el suelo los 400 metros finales, pienso en Miguel, estos van por ti cariño. En el esfuerzo final doy todo lo que me queda.
Después de 38'15" cruzo línea de meta. Se acabó. 7400 metros luchados, de principio a fin.
Resultado: con el dorsal 71
------- Femenina -19
------- SNBF - 4
Gracias a Pablo Feijoo y a Jesús Bernal por las fotos.
Muchas gracias a tod@s, nos vemos en la siguiente.
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