martes, 30 de enero de 2018

CAMPEONATO GALLEGO DE CROSS CORTO POR EQUIPOS A RÚA 2018

DOMINGO 28/01/2018

Nada más puedo decir que las cosas hechas con ilusión son las que mejor salen. Que la misma es el motor de decisión en muchos de nuestros propósitos y nos da la fuerza necesaria para acabarlos con una sonrisa de satisfacción sincera, llena de felicidad.
En esta ocasión, más si cabe, junto con mi toque de terquedad se ha convertido en un factor clave para trasladarme A Rúa. Cansada de esos comentarios agridulces que te espeta, gente que no te entiende, que no comparte aficiones... a los que intento contestar con un silencio rotundo y una amplia sonrisa haciendo alarde de una buena educación. Otra cosa no, pero educada... un rato largo! 
En fin, locura o no, aún convaleciente de unos días de catarro, allá nos dirigimos a Rúa en compañía de una integrante muy especial del Club Ourense Atletismo y compañera de entrenamiento, Cristina. 
En esta ocasión no nos hace falta madrugar nadita, jajajaja. Así se lleva mejor. El pronóstico del terreno es bueno, quizá demasiado para lo que nos tienen acostumbrados los crosses. Incluso el sol acompaña en esta mañana dominical.
Allá que llegamos con el tiempo justo de recoger dorsal, calentar y salir. En medio de todos estos preparativos la duda de correr o no con clavos se hace cada vez mayor. Indecisa y sin tenerlas todas conmigo decido calentar con ellos para ir adaptándome, no lo tengo nada claro pero tampoco tengo tiempo para valorar la otra opción. Nos situamos en los cajones de salida, junto con otras tres integrantes más del club con las que haremos equipo (Inés, Whitney, Cristina y yo) para dar lo mejor de nosotras mismas.
En nuestros puestos (sin que sobresalga ni la punta de la zapatilla de las estacas, que realizan la función de cajones, siguiendo la advertencia del chico de la federación) y arrancamos a modo de jauría para darle una vuelta pequeña y dos grandes a un circuito que no tendría demasiada complicación. No es que vayamos entrenando por prados todos los días de la semana, esto es lo complicado de esta disciplina, la irregularidad del terreno. La falta de costumbre. No obstante, ha sido un circuito rápido.
Quizá esta rapidez fue mi mayor pecado. Salir por encima de mis posibilidades hasta conseguir adaptarme a mi ritmo e ir restando metros, aunque sufriendo, no agonizando.
Como bien me comentó Alfredo, he conseguido mi ritmo y he ido de menos a más. En progresión. Sigo luchando hasta el mismo instante en que cruzo línea de meta y me digo para mi misma: "se acabó".
Aunque muchos no lo entiendan, puedo decir que la felicidad de este momento es muy agradable e incluso codiciada. Me siento grande, me siento contenta, he conseguido acabar siendo parte de algo, de mi equipo. No hemos subido al podium pero lo hemos sufrido juntas. Conseguir un sexto puesto en la clasificación de equipos es un dato a tener en cuenta pero lo verdaderamente importante, para mi, es haber estado ahí, junto a estas chicas, en una mañana diferente.
Ahí queda eso.
Próxima parada: Ribadavia.
Hasta pronto!











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