lunes, 15 de enero de 2018

II CROSS PONTE ROMANA

14/01/2018

Después de la última carrera del año, la San Silvestre de Ourense y la primera del nuevo, la Costiña de Canedo... empezamos época de crosses.
Tras no haber podido disputar ninguno de ellos en la temporada pasada por culpa de una lesión, este año me hervía la sangre por empezar. Jajajaja.
Esta vez nada costó tener que madrugar, ni estresarse por viajar. Arrancamos sin mayor problema dirección a Lugo. En un día gris precedido por días de intensa lluvia, pronosticaba un terreno un tanto blando y como no, con barro. Aunque también es verdad que un cross sin barro no es un lo mismo. Jajaja.
El frío, dada la estación en que nos encontramos, acompañaba la gélida mañana aunque el sol se apiadó de nosotros y al final nos brindó su presencia. 
Después de recoger los dorsales y numerosos detalles que nos dieron, esto ya se puso en marcha. Zapatillas de clavos en los pies y arrancaron las categorías de menores. El primer cross de Ánxela, las primeras zancadas por eses terrenos, su primera toma de contacto. ¡Qué ilusión! No lo hizo nada mal. 
Después sería mi turno junto a unas jovencitas gacelas. Dos categorías juntas. Allá vamos. Estoy que no me lo creo, estoy, al fin, corriendo un cross. Delante quedan 4.700 m que darían mucho para pensar y ver el estado de fuerzas de mis patas. Una vuelta mediana y dos grandes a un circuito que pese a unas pocas zonas de barro daban mucho juego a la carrera.
Como bien dice mi entrenadora Esther Bouso, tengo que aprender a disfrutar, cada vez estoy más segura de la razón que tienen sus palabras. Este cross lo he disfrutado y lo he sufrido. Aunque a simple vista parecía un recorrido sin mayor complicación... todo tiene su parte complicada. No son unas condiciones de terreno que estemos acostumbrados a correr todos los días. No utilizamos los clavos para entrenar... Es algo distinto, es algo para disfrutar y sufrir por partes iguales. El cross es algo de estas cosas que dices que o te gusta o no te gusta. Sin medias tintas... Me gusta. Jajaja
A parte de la medalla obtenida en mi categoría (1ª Master femenina) me llevo tres gratos recuerdos.
Las tres primeras competiciones en cross de mis tres enanos: Ánxela, Miguel y Jorge. Ver lo bien que se desempeñaron en esta disciplina me hace sentir superorgullosa de ellos. Sobretodo de Miguel que tuvo un pequeño problema con el barro, se le quedó con la zapatilla, y completó su recorrido... ¡Descalzo! Olé mi niño. Aquí no se abandona nunca. Jajajaja
¡Nos vemos en el siguiente!




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